Segunda tarea

Cuentan, que tras el descubrimiento de Américas, durante esos primeros años de desconcierto por semejante hallazgo, hubo personas que intentaron enriquecerse por su propia cuenta. Aprovechando esta etapa de descontrol por parte de la corona española, hubo marineros que transportaban oro escondido en las bodegas de los barcos, guardado en barriles como si fuese vino para así no ser descubiertos y acusados de robar a la corona.
Por todos es sabido que la corona de España, como se llamaba entonces a los reyes, importó toneladas de oro proveniente de las Américas. Tanto fue, que muchas veces se extraviaban grandes cantidades de éste mineral tan valioso. Es por esto que algunos marineros, al ver tanta riqueza y ellos estar obligados a vivir en malas condiciones, decidieron crear una asociación secreta de marineros de las Américas. Su única intención era coger pequeñas cantidades de ese oro y esconderlo en los barriles de vino. Al llegar a tierra en España poder cogerlo al descargar el barco sin ser vistos, y así, poco a poco, llegar a ser personas muy ricas y poder formar su propia flota con marineros que viviesen bien y no tuvieran que pasar por sus circunstancias.
Pues bueno aquí empieza la leyenda del capitán Ballesteros.
Según la leyenda, Ballesteros comenzó como grumete al mando del gran Cristóbal Colón.
Tras varios viajes a través del Atlántico y la muerte de varios de sus capitanes, Ballesteros ya era capaz de guiar el barco hasta las Américas sin necesidad de usar la brújula, únicamente con ver el sol en determinadas horas del día ya sabía el rumbo que debía seguir, pues había aprendido mucho de algunos de sus afamados capitanes.
Gracias a su gran experiencia y habilidad en el mar, tras más de quince años de largos viajes, logró convertirse en capitán de su propio barco.
Lo que muy pocos sabían es que Ballesteros fue uno de los fundadores de "Los marineros de las Américas", y ahora, gracias a su pericia en el mar, se había convertido en capitán y ya no tendría que esconder el oro en los barriles sino que podría recogerlo sin que nadie le vigilase.
A partir de esto la leyenda se ha ido perdiendo por el paso de los siglos, pero hace unos meses llego a mis manos una especie de mapa e investigando descubrí esta historia.
Según decía un pequeño papel que venía con el mapa, el capitán Ballesteros terminó olvidando el objetivo de la asociación secreta y guardaba todo el oro para él.
Yo no he sido capaz de descifrar el mapa, a ver si tú lo eres:
Según sales de tu cole, debes dirigirte a la derecha, y seguir por una calle con un nombre parecido a redonda de Atocha hasta que llegues a una rotonda. En esa rotonda debes ir por un paseo que su nombre recuerda a donde pastan las vacas. Debes seguir por ese paseo hasta encontrar otra rotonda, esta vez tendrás que mirar a qué dios está dedicada la fuente que está en el centro de la rotonda y dónde ejerce su poder ese dios, eso te dará una pista importante de tu destino. En esa rotonda debes cambiar a la acera de la derecha y continuar por el mismo paseo que ibas hasta que encuentres una plaza con el nombre de un valor humano que Ballesteros, al robar, no tuvo por su corona. Desde ahí debes continuar por el mismo paseo, te recuerdo, con nombre de donde pastan las vacas pero esta vez éste paseo se divide en tres aceras, pues debes continuar por la que queda más a la derecha siguiendo la misma dirección que tenías. Avanzando un poco encontrarás un edificio que hace esquina con una calle cuyo nombre es un poeta cuya principal obra fue "Laberinto de Fortuna". Pues bien, en ese edificio, relacionado con el medio en el que el dios que encontraste en la anterior rotonda ejerce su poder, encontrarás el gran tesoro del capitán Ballesteros.
!Mucha suerte¡ y si lo encuentras, no seas tan avaricioso/a como el capitán.